Opinión: Fomentar la mediocridad en la educación

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Por: Jonior Ramírez

El reciente acuerdo entre el Ministerio de Educación y la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) para mejorar los salarios y beneficios de los docentes representa un avance en el reconocimiento de su labor. Sin embargo, dentro de este pacto hay una medida preocupante: otorgar incentivos a maestros que apenas alcancen 65 puntos en evaluaciones de desempeño. Esta decisión no eleva la calidad educativa, sino que premia la mediocridad y envía un mensaje equivocado.

Resulta contradictorio que, en un sistema que exige excelencia a los estudiantes, se conforme con estándares bajos para los docentes, quienes son la base de la formación de las futuras generaciones. Si realmente se quiere mejorar la educación, se debe incentivar la excelencia y no conformarse con un rendimiento mínimo.

El problema de establecer un puntaje tan bajo como criterio para recibir incentivos es que transmite la idea de que no es necesario esforzarse al máximo para obtener recompensas. Esto puede desmotivar a los maestros más comprometidos y perpetuar un ciclo de bajo rendimiento que afecta directamente a los estudiantes. La calidad educativa no debe sacrificarse en aras de beneficios económicos mal diseñados.

Es justo reconocer la necesidad de mejores condiciones salariales para los docentes, pero los incentivos deben estar ligados a un alto desempeño, no a un estándar mediocre. Un maestro con 65 puntos no demuestra excelencia, sino apenas un nivel mínimo de competencia, lo cual es inaceptable para garantizar una educación de calidad.

La educación es clave para el desarrollo de cualquier nación. Si queremos un futuro con ciudadanos preparados, debemos empezar por exigir más a quienes forman a las nuevas generaciones. No se trata de menospreciar el esfuerzo de los docentes, sino de establecer criterios de evaluación que realmente premien el mérito y la excelencia.

Es fundamental reconsiderar este acuerdo y ajustar los parámetros de evaluación para que los incentivos reflejen un verdadero compromiso con la educación. Solo así podremos construir un sistema que prepare a los estudiantes para los retos del futuro y garantice el progreso del país.


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