ESTADOS UNIDOS.- El presidente de los Estados Unidos Donald Trump hizo este martes su última visita como presidente al muro en la frontera con México, una promesa electoral que ha cumplido solo a medias, y recuperó su discurso antiinmigrante para intentar convencer a su sucesor de no cambiar por completo su política sobre asilo.
Días antes de abandonar la Casa Blanca, el mandatario se desplazó hasta la localidad fronteriza de Texas para supervisar los avances en la construcción de la barrera, que el presidente electo Joe Biden ha prometido detener.
El presidente Trump dijo que dicho muro será un éxito al tiempo que lamentó no poder terminarlo.
En los últimos cuatro años, Estados Unidos ha invertido 15.000 millones de dólares para erigir la promesa electoral estrella de Trump, y ha construido esa valla a lo largo de 727 kilómetros (452 millas) de frontera, lo que cubre más de una cuarta parte de los 3.145 kilómetros (1.954 millas) que separan el país de México.
La mayor parte del “muro” construido reemplaza una valla que ya existía, y aunque Trump ha defendido su eficacia, lo cierto es que no ha cumplido la parte de su promesa que más entusiasmaba a sus seguidores- la garantía de que México pagaría por el proyecto.
Trump no mencionó esa parte de su promesa durante su visita al muro, y de hecho dio las gracias al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, por “su amistad”, y en particular por el acuerdo que permite a EE.UU. enviar a miles de indocumentados a esperar en México sus citas en tribunales migratorios estadounidenses.