Por: Manuel Ortiz
SANTO DOMINGO.- Las tantas esperanzas puestas en el candidato (en ese entonces) Luis Abinader que se podía ver cómo un capitán que salvaría el país del hundimiento en el que se encontraba y en el que ahora está.
Las tantas horas bajo los calientes rayos del sol, apoyando una marcha a la plaza de la bandera y gritando, muchas veces sin nada en el bolsillo, solo por apoyar un “tal cambio que salvaría la patria”.
Recuerdo una pregunta que le hice al presidente cuando era candidato, “sobre los profesionales que salían con el título bajo el brazo, sin saber qué hacer”, y con lo que él me respondió no dudé en apoyarlo y trabajar por su candidatura. Hoy muchos perremeistas fueron olvidados tras 16 años fuera del poder, para beneficiar a los hijos de los “popis” y algunos peledeistas que se “casaron con la gloria”.
Llegando al poder, está bien estamos en crisis, pandemia y sobre todo hay que reconocerlo LAS BUENAS INTENCIONES que tiene algunas veces el presidente. Rodeado de funcionarios que no ayudan y en vez de emplear los viejos perremeistas que vienen luchando, prefieren trabajar muchas veces “con sus amantes” o con sus mismos familiares.
Llegando al poder, los chiquitos que siempre anduvieron atrás de una “milaña” se han quedado “frenando en lo seco”, porque la mayoría de funcionarios se hacen de la vista gorda y solo atienden a darle empleo a los “Popis y familiares”.
Podrá un perremeista asistir a la vivienda de un compañero de esos que le “vendió sueño”, lo humilló y lo maldtrató a buscar de nuevo que lo apoye?
O sea perdonarán esos desempleados perremeistas al gobierno?
