El caso SeNaSa está blindado

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Por: Humberto Salazar

No hay dudas que lo de SENASA y sus contratos multimillonarios otorgados sobre todo a una empresa en particular, parece un plan concebido antes de que Luis Abinader ganara las elecciones en el 2020, y ejecutado inmediatamente asume el cargo de presidente de la República, pues solo eso puede explicar que el contrato de atención primaria percapita entregado a la empresa Khersum SRL, haya sido planteado en el mes de septiembre del año 2020.

Esta operación entre el consorcio Read-Villanueva y SENASA, parece cumplir con aquello que es una máxima de los emprendedores: identifica una necesidad y trata de llenarla con alguna inventiva, pues desde el mismo palacio nacional crearon la necesidad ingresando 2.4 millones de usuarios en el régimen subsidiado en la ARS publica, y desde allí se inventaron que podian crear una metodologia para regalar más de 100 millones de pesos mensuales a una empresa privada.

En realidad el régimen subsidiado está diseñado para proveer de recursos a la red de hospitales y clínicas del sector público, mucho más en cuanto a atención primaria, por lo que en un país donde todos se tapan las faltas los unos a los otros, la existencia de ese desvío de fondos tuvo que ser del conocimiento de quien estuvo en la SISALRIL, quien dirige el Servicio Nacional de Salud, quien está sentado en la contraloría general de la República y sobre todo del mismo presidente de la República.

Sino veamos este detalle; si el contrato de Khersum estuvo vigente desde fines del 2020, esa empresa probablemente cobró la suma de 3,700 millones de pesos para pagar por una modalidad de prestación de servicios que parece no llamó la atención de nadie, sobre todo del Dr Jesús Feris Iglesias quien estuvo dirigiendo SISALRIL hasta septiembre del 2024.

Pero ademas de eso, parece que lo de la capita era tan jugoso, que el mismo consorcio Read-Villanueva se inventa otra empresa que nombran DELESTE en febrero del 2021, de inmediato, según reportes periodísticos, SENASA la contrata para dar servicios a 300,000 afiliados más del régimen subsidiado, si sumamos a estos los 500,000 de Khersum, todos contratados a 130 pesos mensuales, hablamos de 800,000 por 130 que es igual a 104,000.000 (ciento cuatro millones de pesos) cada mes para una sola empresa.

Esta cantidad de afiliados entregados a empresas privadas solo es lo que se conoce públicamente por filtraciónes entregadas a periodistas, el resto nunca se sabrá, porque Santiago Hazim blindó los archivos con una orden de no cumplir con la ley de información pública, pues según el esa es información «confidencial» de la institución, y ahora no se puede contar con sus informes financieros porque se habla de falsificación de datos.

A todo esto agregue y sume los contratos con Read-Villanueva para servicios odontológicos, servicios de telemedicina, provisión de medicamentos y cualquier cosa que se movia en SENASA, entonces todos podemos entender que esa institución y esa empresa, podrían haberse manejado como la caja chica de algo que trasciende la misma ARS publica.

Pero donde «se le pone la tapa al pomo», en con el contrato de Read-Villanueva usando una empresa llamada FARMACARD para dispensar medicamentos ambulatorios a 1.8 millones de afiliados del régimen contributivo de SENASA.

La institución pública entregó por contrato toda su base de datos a una empresa privada para que la administrara, y como es percapita, pagos de suma fija cada mes, sus beneficios llegarían sobre la negación del servicio, mientras menos medicamentos se entregaran FARMACARD ganaría más dinero.

¡Que genios son!

Solo que esta maniobra tan burda e insensata se firma en febrero de este año, después de la campaña de reelección, y el ex de SENASA era el jefe del sector externo de esa misma campaña.

«Chupe usted y déjeme el cabo» que ese expediente está blindado.

¿No me lo cree? ¡Cuente los Ford!


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